A partir de junio próximo, desaparecerá en nuestro sistema penal el examen de discernimiento para infractores mayores de 16 y menores de 18 años de edad, jóvenes que a partir de los 14 años, serán capaces de responder por sus conductas, sea que éstos tengan participación en delitos o en faltas.
Al comenzar a operar la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, todos aquellos infractores de ley, serán sancionados, mediante un sistema de persecución penal especial, que establece una amplia variedad de penas dependiendo de la gravedad del delito, dejando de lado la actual valoración que se realiza para determinar si el menor tiene conciencia o no de lo que hizo.
Este sistema especial para jóvenes, tendrá sanciones que no existen en el sistema de adultos, como la amonestación realizada por el juez, multas, servicios a la comunidad, reparación del daño, todas sanciones para el caso de las faltas.
En el caso de los delitos, la escala va desde la reparación del daño, servicios a la comunidad, libertad asistida, internación en régimen semi-cerrado (dormir en un centro), y en los casos más graves, la internación en régimen cerrado.
Así las cosas, no deberíamos extrañarnos cuando desde junio comencemos a ver a jóvenes delincuentes, marchando por las salas de los Juzgados de Garantía y del Juicio Oral, esposados y listos para recibir sentencias, que para el caso de los menores de 16 podría llegar a 5 años, aumentando a 10 años la sanción máxima para los mayores de 16 años de edad, sanciones, de todos modos proporcionales a la gravedad del delito que se les impute.
En este orden de ideas, la postergación de la reforma –debió haber entrado en vigencia en junio pasado– se ha transformado, sin duda, en un hecho afortunado para muchos jóvenes delincuentes. De haber entrado en vigencia la mencionada ley de responsabilidad penal adolescente en junio del año pasado muchos jóvenes estarían enfrentando ante los tribunales de justicia.
Actualmente una gran cantidad de imputados menores de edad, que cometen delitos son declarados sin discernimiento. A mayor abundamiento, según cifras del Poder Judicial y del Ministerio Público, de un total de 16.805 jóvenes de 17 años aprehendidos por Carabineros el año 2006, 7.266, es decir, un 62% fueron declarados sin discernimiento.
De junio en adelante, ninguno adolescente mayor de 14 años será declarado a priori exento de responsabilidad. Cualquier menor, que incurra en un hecho que revista características de delito va a ser alcanzado por el sistema a través de los mecanismos de persecución. Y en caso de ser declarados culpables se les van a aplicar los mecanismos que la ley establezca.
El problema de la delincuencia juvenil radica en que las cifras están apuntando a que son los jóvenes menores de edad, en forma creciente, el grupo que explica por sí solo la comisión de un porcentaje relevante de delitos, situación particularmente seria en la medida en que refleja el uso de armas unido al consumo de drogas y alcohol. En gran medida esto se explica por una actual legislación anacrónica y generadora de incentivos para que más jóvenes entren al mundo de la delincuencia.
Se termina con el examen de discernimiento y con ello, ciertamente la forma en que la sociedad verá a nuestros adolescentes, quienes serán responsables por sus actos. Los costos de delinquir serán mayores a los beneficios de hacerlo, por lo que se espera que disminuyan las tasas de delincuencia juvenil. Esperemos que los actores vinculados a la reforma estén preparados para asumir este trascendental cambio.
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