En Valparaíso, hace ya 160 años, nació el primer Cuerpo de Bomberos de Chile, luego del gran incendio del año 1851 y con un sello que lo distingue hasta el día de hoy: su carácter voluntario.
Antes de su fundación, los siniestros eran enfrentados por serenos, policías y por el público en general, sin los equipos ni preparación adecuados. Así, surgió la iniciativa de organizar en el puerto, la primera compañía del país que hasta el día de hoy sigue dando sus frutos.
Por esta razón, cada 30 de junio se celebra en todo Chile el “Día Nacional del Bombero”, como una forma de rendir homenaje a los voluntarios de todo el país, quienes día a día entregan anónimamente su esfuerzo, sacrificio, hasta su vida, por ayudar a los demás.
Por sus filas han desfilado hombres y mujeres que representan el sentido de solidaridad y filantropía en su máxima expresión, presentes en cada momento de nuestra historia en que las catástrofes, el dolor y la miseria han puesto a prueba el alma nacional.
En esta ocasión, cabe recordar con un profundo agradecimiento a los mártires de la institución. Su primer mártir, el Teniente Tercero Eduardo Farley, perteneciente a la Décima Compañía de Bomberos de Valparaíso es el primer nombre de muchos voluntarios de la historia de nuestro país que han dado su vida en servicio.
La sociedad en su conjunto debe estar agradecida de la existencia de los Bomberos de Chile, pero esta misma sociedad, representada por las autoridades del Estado de Chile, debiera traducir esta gratitud en un esfuerzo mayor por dotar de un financiamiento estable y permanente en el tiempo a esta institución.
Un porcentaje de la Ley del Cobre debería estar destinada al Cuerpo de Bomberos y así permitir que los voluntarios destinen sus horas de trabajo en capacitación y no en actividades de recaudación de fondos.
En este día, un sincero homenaje a todos los bomberos, hombres y mujeres de valor, pero también a sus familias, que participan día a día de este sacrificio. Y al Estado de Chile, un llamado: debe responder a este esfuerzo de 160 años, con un gesto de reconocimiento y de compromiso con el futuro, asegurando por ley el financiamiento de los Cuerpos de Bomberos de Chile.
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