El abuso sexual es una realidad que convive con nosotros cotidianamente. Semana a semana debemos ser testigos de como los medios de prensa local nos informan de nuevos casos de abuso sexual y violación a niños (as) en nuestro Valle de Aconcagua.
Lamentablemente esta situación que se vuelve cada vez más común, debe analizarse seriamente por el consiguiente daño asociado a las agresiones sexuales para quien las vive, y porqué no decir a la sociedad en su conjunto.
Debemos hacer algo frente a esta realidad y dejar de solo ser observadores.
Entenderemos por Abuso Sexual Infantil cualquier conducta de tipo sexual que se realice con un niño o niña, incluyendo las siguientes situaciones:
1. Tocación de genitales del niño o niña por parte del abusador/a.
2. Tocación de otras zonas del cuerpo del niño o niña por parte del abusador/a
3. Incitación por parte del abusador/a la tocación de sus propios genitales
4. Penetración vaginal o anal o intento de ella ya sea con sus propios genitales, con otras partes del cuerpo (Ej.: dedos), o con objetos (Ej.: palos), por parte del abusador/a.
5. Exposición de material pornográfico a un niño o niña (Ej.: revistas, películas, fotos)
6. Contacto bucogenital entre el abusador/a y el niño/a.
7. Exhibición de sus genitales por parte del abusador/a al niño o niña.
8. Utilización del niño o niña en la elaboración de material pornográfico (Ej: fotos, películas).
Hoy no debemos olvidar que la mayor cantidad de casos que suceden en Chile (75%) de las agresiones sexuales son de carácter INTRAFAMILIAR, es decir son personas de la familia o que se relacionan con ellos directamente quienes cometen este delito, por lo tanto siempre es importante saber quiénes están alrededor de los niños y permanentemente monitorearlos.
Esto no significa que entremos en un “estado de paranoia y veamos el mal en todas partes, sin embargo es nuestra responsabilidad estar atentos a lo que sucede con ellos”
Para finalizar creo que es importante observar a los niños siempre, principalmente en su comportamiento y estar atentos a sus pistas emocionales. Una buena comunicación y confianza es clave en la relación padres – hijos frente a este tema.
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