LOS ANDES (07/01/2013).- El ex seminarista Mauricio Pulgar Lazo, quien a principios de 2012 acusó de presuntos abusos sexuales cometidos en su contra por el ex párroco de la iglesia La Asunción Humberto Henríquez y otros sacerdotes, reiteró sus graves acusaciones como parte de una querella presentada ante la justicia.
Pulgar se presentó al cuartel de la PDI a fin de prestar declaración sobre estos hechos ocurridos entre 1999 y 2000 cuando alojaba en la iglesia Santa Rosa y otros que fueron cometidos a principios de la década del 90.
El propio afectado reafirmó sus acusaciones y dijo sentir una profunda pena por esta situación, “ya que la iglesia Católica no tiene ninguna consideración ni un poquito de caridad y por último reconocer que los hechos si ocurrieron porque hay pruebas, testigos y haber tenido una actitud más acogedora para no tener que haber estado viniendo a la PDI y al juzgado para ratificar la querella porque no tiene la voluntad de reconocer que los hechos son verdad”.
Pulgar sostuvo que en virtud de ello ha tenido que declarar al menos cuatro veces por este caso con toda la carga emocional que significa recordar estos deleznables hechos presuntamente cometidos por los sacerdotes que aun están en ejercicio.
El ex seminarista dijo que el haberse quedado callado y no denunciar los hechos no habría sido el camino para que la verdad se supiera y se sancionara como corresponde al sacerdote, “ya que al final lo único que se logra es que estas personas sigan ultrajando a otros”.
Pulgar denunció que uno de los curas acusados tiene a su cargo de la formación de los sacerdotes de la diócesis de Aconcagua, lo cual es aun más grave existiendo esta grave denuncia de abuso sexual en su contra.
Por su parte, el abogado querellante en esta causa, Carlos Gutiérrez (Ver foto ampliada), señaló que por la antigüedad de la ocurrencia de los hechos éstos deben ser conocidos por el antiguo sistema penal y por ello la querella no se pudo presentar ante el Tribunal de Garantía, “sino que primero hicimos la denuncia ante la Fiscalía, para que ésta se declara incompetente y pueda enviar los antecedentes al juzgado del crimen, quien también deberá declararse incompetente y pasar a la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
El abogado dijo que para llegar a un sentencia de primera instancia podrían pasar año, “pero lo que mi cliente lo que busca es que exista una verdad jurídica respecto de lo que él sufrió y que haya un pronunciamiento de la justicia que diga que efectivamente aquí hay sacerdotes que están cometiendo abusos de carácter sexual dentro del seminario y sus respectivas iglesias”.
El jurista lamentó que la denuncia canónica hecha ante la iglesia no haya sido acogida.
La acusación.
Como se recordará, a principios de 2012 se hizo pública la denuncia de Pulgar a través de radio Bío Bío.
En aquella ocasión, el afectado declaró haber sido víctima de abusos sexuales cuando alojaba en la parroquia Santa Rosa a mediados de la década del 90.
Pulgar sostuvo que ingresó al Seminario San Rafael de Lo Vásquez en el año 1992, permaneciendo en éste hasta el año 1995.
Dijo que muchos sacerdotes tenían la costumbre de estar abrazando y besando a los seminaristas y acólitos.
En esa oportunidad, en su declaración hizo referencia a su estadía en la parroquia Santa Rosa, donde en esos años alojaban allí también los sacerdotes de la parroquia de La Asunción de la cual era párroco el sacerdote Humberto Henríquez , a quien acusó directamente de haberlo abusado.
“Nos sentamos a comer y al rato me sentí absolutamente mareado. Hoy creo, de verdad, que fui drogado. Me sentía mal y me acosté en un colchón al lado de su cama. Me dormí. No sé cuánto rato pasó pero me desperté cuando él estaba practicándome sexo oral. Salté, lo empujé y comencé a retarlo. De inmediato me dijo que no lo malinterpretara y me ofreció dinero”, relató en esa oportunidad.
Agregó que un año después de este episodio el padre Humberto le habría reconocido los hechos y le dijo que se trataba de una “iniciación” y si la aceptaba podía conseguir cualquier cosa en la jerarquía de la iglesia.
“En esta parroquia era un desfile de gente que entraba a las piezas durante las noches y finalmente varias veces los pillé viendo películas porno homosexuales”, manifestó.
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