Es una oda a la chacota institucionalizada la reciente reunión de los alcaldes de la Asociación de Municipios de la V Región Cordillera con la Comisión de Educación del Senado, denunciando una supuesta “competencia desleal que se vive en relación a los colegios particulares subvencionados”.
Éste argumento, por lo muy falaz que es, jamás podría ser tema del cuento Pinocho, a pesar que la popular marioneta del carpintero Geppetto se caracteriza, precisamente, por… “mentir”.
Esto habla mal de la capacidad de autocrítica y de un compromiso serio con la verdad de las autoridades municipales regionales que, respecto de su gestión educacional a través del DAEM (Dirección de Administración de Educación Municipal) han provocado disonancias entre los principales actores del sistema, situaciones que muchas veces supera la ficción (porque ni hablar ya de la realidad).
Los millonarios aporte en dineros que el Estado de Chile invierte en el Sistema de Educación Municipal caen siempre en un saco roto. Eso se llama, en el idioma del camuflaje, “mala gestión”. Lo grave es que estas cantidades de dineros superan a lo que se invierte en el Sistema Particular Subvencionado, a pesar que éste último supera en matricula al Sistema Municipal de Educación, entre otras causas, por los atributos comparativos entre uno y otro sistema, aspectos que los Padres y Apoderados siempre han de evaluar pensando en lo mejor para sus hijos.
Y es que el Sistema Municipal de Educación hace años que tocó fondo. Por eso resulta increíble que los alcaldes de la Asociación de Municipios de la V Región Cordillera actúen como si hubieran arrendado maquinaria pesada para seguir excavando más profundo aún.
¿Para qué insistir? ¿Para qué solicitan más y más dinero al Estado? Si ya han demostrado todo lo ineficiente que son, fundamentalmente porque desde los orígenes del Sistema Municipal de Educación sus fondos han servido, en más de una ocasión, para “desvestir un santo y para vestir a otro”, situación que se evidencia en tiempos de mediocres administraciones que han creído que con esas chistosas triangulaciones de dineros están cometiendo… el crimen perfecto.
Sí. Defendamos la educación pública y de calidad, pero de los DAEM.
Citemos un ejemplo reciente de cómo el Sistema de Educación Municipal puede lograr hacer mal y a la primera su trabajo: hace unas semanas atrás los estudiantes y profesores del Liceo Bicentenario Maximiliano Salas Marchan protagonizaron sentidas protestas donde exigían baños dignos con la impactante pancarta que decía “ya no meo, ya no cago por culpa de Navarro” (ver noticia y fotografía publicada por Andes Online).
La respuesta del DAEM fue para ¡2014! Y no me admiro de esta respuesta ni del silencio cómplice y acomodaticio que han tenido ciertos concejales y algunos miembros del Colegio de Profesores de Los Andes que son consecuentes con su “clientismo político” con el municipio. No me esperaba otra cosa de ellos porque es como la metáfora absurda de esperar sentimientos en un zombie.
Las autoridades municipales de Los Andes, en materia de educación, tienen mucho que aprender del legado de ese insigne rector del “Max Salas” Don Óscar Granadino, un hombre probo de la educación andina cuya vida transitó entre el honor, la verdad y la virtud. Un hombre que no necesito de Superintendencia de Educación ni de millonarias donaciones del Estado para hacer del “Max Salas” una gran institución de educación.
A veces pienso que son tiempos difíciles para los soñadores que buscan una sociedad mejor y autoridades con verdadera vocación de servicio público. A veces no es saludable estar bien adaptado a esta sociedad profundamente enferma y dominada por los intereses de quienes controlan el poder y que traicionan la confianza de la sociedad civil que un día votó por ellos.
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