La Calle Santa Rosa es una de las más reconocidas e importantes de la ciudad, significación otorgada por flanquear uno de los costados de la Plaza central.
Esta calle ha cambiado ostensiblemente. Las fotografías están tomadas en Santa Rosa, entre Rodríguez y Esmeralda, hacia el sur. En ella se grafica uno de los edificios más emblemáticos para toda ciudad de raíz hispánica: el Templo Parroquial Católico.
En este caso, por la poca altura de las edificaciones de nuestra pequeña ciudad, siempre el Templo de Santa Rosa, que pone el nombre a la calle, ha sido un hito visual y espacial en la arquitectura del damero central. La institución parroquial ha tenido tres templos, el primero de 1795 que contaba con dos pilares, los que se vinieron abajo hacia 1851 por sucesivos terremotos. El bello templo que se observa en la foto antigua, se terminó hacia 1880 y es de clara orientación neoclásica, con grandes columnas de ingreso y un reloj traído directamente de Francia. Lamentablemente los terremotos de 1906 y 1939 terminaron afectando estructuralmente al Templo, y se decidió su demolición. El actual Templo inició su construcción hacia 1955 y se encontraba terminado ya en los primeros años de la década de 1960. Más allá de las opiniones sobre la propuesta arquitectónica actual, más limpia y plana que la anterior, la torre sigue siendo un artefacto urbano de gran significación y referencia en la visualidad y espacialidad urbana.
La riqueza de la fotografía es que se convierte en un documento social e histórico de gran espesor representativo. Nos es imposible saber si la antigua fotografía que presentamos fue tomada un domingo al mediodía, no obstante eso, la diferencia en el tráfico vehicular es abismante. En la foto antigua, que es aproximadamente de 1945, se dibuja un pequeño coche, que nos recuerda esa antigua forma del traslado urbano y rural hasta bien entrado el siglo XX. Su dirección era sur-norte, a la inversa de la actual circulación por dicha vía.
La foto actual fue tomada media hora después de la foto antigua, y el continuo flujo de los automóviles no me permitió encontrar la calle vacía, muestra de, por un lado, el aumento patente del parque vehicular local (y nacional), y por otro, de una sociedad chilena con mayor bienestar material en el contexto de un capitalismo tardío, que basa sus expansiones ulteriores en el consumo automotriz y de su estatus asociado.
Otra cosa que salta a la vista, sobre todo para aquellos que nacimos en la década de 1980, es que hacia el costado sur del Templo Parroquial, frente a la plaza, un conjunto de edificios en fachada continua unían su función residencial (segundo piso) a la comercial (primer piso), y le daba gran vida y tráfico peatonal (mayor al actual si consideramos que la población de la época no eran más de 12.000 personas). Hoy ese trecho, por las demoliciones post-incendio y terremoto de mediados de los 80, se ha mantenido desde entonces como un sorprendente sitio eriazo, en pleno centro de la ciudad.
La ciudad se modernizaba, los edificios art decó, que aún se mantienen en el costado poniente de la calle, no tenían más de 10 o 15 años de construcción y refacción, y los árboles recién crecían tímidos en las mismas angostas veredas. Hoy su follaje y los automóviles impiden esa visión amplia de la foto del ayer. En esos mismos edificios, antiguas ventanas fueron abiertas hasta el suelo para servir como puertas, en las micro-subdivisiones de residencias para su función comercial.
Un tímido y antiguo poste sostiene pocos cables de electricidad, a diferencia de los enormes chorizos del cableado de la actualidad, en que se acumulan las conexiones de teléfonos, cable, internet, electricidad, tanto en uso, como algunos que han sido dados de baja pero que por comodidad no se han sacado.
En el marco del proyecto “Ayer y Hoy”, financiado por el Fondo de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile 2013, el Diario Los Andes On Line está desarrollando una serie de crónicas que vinculan la historia y la fotografía. Varios de los que trabajamos en esos ámbitos se nos había cruzado la idea de un proyecto similar, y es por eso que no me queda más que felicitar a este dinámico y comprometido diario provincial, sumándome a esta gran iniciativa con esta pequeña colaboración.
|