Caminar por el bandejón central de la avenida Argentina en una mañana de domingo es retrotraerse en forma inmediata a lo que fue el pasado de Los Andes. Esta avenida es uno de los paseos públicos más hermosos de la ciudad y también un importante pulmón verde que se ha mantenido pese al progreso.
Si bien hoy día recibe a todos quienes llegan al centro de la ciudad desde el oriente, no siempre fue la puerta de entrada de la ciudad.
A fines del siglo XIX recibió el nombre de alameda del “Recreo”, existiendo en su bandejón central un predominio de álamos que luego fueron cambiados por plátanos orientales.
Su parte central era de tierra, tal como es posible apreciar actualmente en el tramo que va desde Santa Rosa a la rotonda Carlos Díaz, pero a principios de la década del 60 comenzó un hermoseamiento durante el período del alcalde Antonio Mery Acuña.
Pero su actual nombre lo adquirió recién después de la inauguración del Ferrocarril Trasandino en Abril de 1910, como una forma de homenajear al hermano pueblo trasandino.
Aun cuando hoy día la avenida es la puerta de entrada a la ciudad, no siempre tuvo esa condición.
En la foto del “Ayer” que data de mediados de los 60, se puede ver al fondo las antiguas casas de adobe que estaban en lo que es hoy la plazoleta “Paul Harris” y las oficinas de la empresa de transportes de Dibiagi.
Justo en el vértice de la calzada norte de avenida Argentina con Independencia existía una barrera que controlaba el acceso a la maestranza del FF.CC. Trasandino.
Por esos años, la circulación de vehículos era escasa y el sector entre Maipú e Independencia era un tradicional paseo para los andinos en las calurosas tardes de verano por la sombra de sus frondosos plátanos orientales.
En los primeros 50 años del siglo XX, el principal acceso a la ciudad era por ferrocarril y de allí de la importancia de las avenidas Carlos Díaz y Hermanos Clark que desembocaban en las estaciones del Ferrocarril del Estado y Trasandino.
Con el auge del transporte internacional terrestre, el acceso de los vehículos provenientes de Argentina se hacía a través de General del Canto y luego Diego de Almagro (Ex Callejón Angosto).
En la esquina con independencia los camiones viraban hacia el norte para tomar luego avenida Argentina y San Rafael o Santa Teresa, mientras que los buses seguían derecho por Tres Carrera hacia Membrillar donde estaba el ex rodoviario.
El aumento del tráfico internacional de camiones y buses llevó al gobierno de la época a diseñar la continuidad de avenida Argentina hacia el oriente y fue así como en 1985 se demolieron las casas de adobe y se ocuparon los terrenos de ferrocarriles para unirla con General del Canto.
A partir de 1986 avenida Argentina se transformó en la puerta de entrada a la ciudad formando parte de la ruta internacional CH 60, tal como lo es hasta hoy.
En la foto de antaño es posible ver las casas de adobe que existían en la vereda sur y el monumento a San Marcelino Champagnat, frente al Instituto.
Salvo algunas casas que han sido demolidas, el bandejón central sigue exactamente igual que hace 45 años cuando se tomó la foto en blanco y negro.
“Ayer y Hoy” es financiado por el Fondo de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile 2013 y ejecutado por nuestro medio a fin de recuperar la memoria histórica de Los Andes.
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