Lo necio es aquello que se dice con ignorancia, imprudencia o presunción de mala intención. Es el ataque infundado y para generar daño. Es todo lo que hacen los enemigos. De esta forma para algunos fue la interpretación del ataque a Pilar Sordo donde fue catalogada de “reaccionaria, homofóbica, meteculpas, machista y siniestra” en un Programa de Televisión Argentina.
Pero curiosamente en Chile se levantó una interesante polvareda de comentarios a propósito de su trabajo, que dividió aguas en torno a la Psicóloga.
“El paso de los años te hace feliz” “Vivir bien hoy es vivir mejor mañana” “Envejecer no es sinónimo de perder la belleza” son algunas de las tantas frases de la Embajadora de las buenas formas de ser familia y del buen portarse. Todo se resuelve con amor.
Cuando se escucha o ve a Pilar Sordo en las tribunas de Matinales o en sus Gira, se darán cuenta que ella nos aconseja el “cómo debemos hacer las cosas para que tengamos éxito en nuestras vidas”. Nos dice cómo comportarnos y hablar con los hijos, pues ella tiene las claves y llaves de los cerrojos de la felicidad.
Me parece a mi opinión, una cantidad de declaraciones de buenas intenciones no menos sospechosa e irresponsable.
Es la representación de un mundo ideal, sin fracturas, sin dolor, sin contexto. Es todo unificado, determinista y de colores. Es la ambigüedad misma, que irresponsablemente, más que sanar, angustia mas a aquellas familias que no pueden tomar once con sus hijos porque trabajan o no pueden educar porque el hombre maltratador que vive a su lado la tiene amenazada.
Es una suerte de Instructor Motivacional, que se mueve en el escenario con un desplante y expresión, que nos convence de que en sus palabras esta la verdad y la solución a sus problemas.
Ella jamás enfrenta el paradigma social desde una análisis de variables o contextos, muy por el contrario da clases de lo normativo apelando a este tipo de frases “usted todo lo puede” o “ el que lucha todo lo obtiene”.
Esta señora se olvidó, que uno vive en una determinada estructura social, cultural y política que sin duda sella y marca nuestra historia: para bien y para mal. Ella opera desde la pretensión implícita o explícita de que el otro no puede rechazar sus argumentos, porque su validez se funda en su “referencia a la verdad”.
Ella representa “valores positivos” que intenta transferir a las personas con fuerza, persuasión y convicción. Y creemos en su discurso. Y asentimos la cabeza y decimos “ella tiene razón, ella tiene todas las claves. Pero quizás usted llega a la “complejidad de su familia” y no tuvo el mismo efecto el consejo de la especialista en el arte de la buena crianza y las buenas costumbres. Y usted entonces se frustra.
Todo suena muy bonito. Todo parece traer de la mano la felicidad anhelada y soñada por todos. Creo que es peligroso atribuirse el paladín moral de la vida cotidiana, pues generamos expectativas en la gente que una vez instaladas, sino son trabajadas endosan gratuitamente en las personas ansiedad, angustia o desesperanza.
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