“Tropecé de nuevo con la misma piedra. En cuestión de amores nunca aprenderé. Yo que había jurado no jugar con fuego, tropecé de nuevo y con el mismo pie” (Julio Iglesias)
¿Por qué repetimos aquello que no queremos? ¿Por qué escogimos mal una y otra vez? ¿Qué es aquello que nos impulsa a repetir, aun cuando no lo deseamos?
El inconsciente es la repetición. Es esta fuerza soberana que nos impulsa a elegir.
Y a veces escojo aquello que no me hace bien, pero no puedo salir.
Y salgo y voy por una nueva búsqueda y…. repito. Una vez más escojo aquello que no me gratifica.
Por lo tanto si racionalmente y con conciencia “supuestamente sé aquello que me gratifica” ¿Por qué vuelvo a entrar en una relación violenta, enferma o triste?
La conciencia, el yo racional, el yo claro, ordenado y pensado se equivoca, falla, erra (de error). Y entonces el mundo de las buenas decisiones se cae. Contrariamente las elecciones no son el resultado de una decisión razonada.
Y si no es la conciencia, es otra la fuerza que organiza estas determinaciones y se llama INCONSCIENTE.
Por lo tanto las elecciones se construyeron en un “dominio primero, en un momento 1, en una etapa anterior, en un trazado de la historia de la infancia dice Freud”.
Como prueba de esto es que muchas veces las elecciones de pareja se construyen en lo que fue la historia individual primaria. Yo escojo a una pareja que “representa un padre o una madre” o escojo “representantes de la agresión y el dominio, o de la tranquilidad y el afecto” en la vida común.
Las elecciones de pareja, de trabajo, las profesiones o la casa en que vivimos tienen la misma lógica. Nada es azaroso. Nada es el destino o la predeterminación. Nada es magia ni esoterismos, menos lo divino ni la religión.
Por lo tanto la experiencia clínica del psicoanálisis me ha mostrado que el poder del inconsciente nos obliga a repetir.
Nuestra vida late el ritmo de la repetición. Nos activa y nos mueve a reproducir algo de los momentos primarios, de nuestros vínculos primeros.
El apego, el afecto, la representación del amor, los padres, la pobreza, la sonrisa, el viaje perfecto y el imperfecto, imprimieron un sello histórico en nuestras vidas que se REPITE hoy en las llamadas neurosis actuales, elecciones o decisiones.
Podemos repetir “positivamente” pero también en la negatividad de la repetición enferma de las “inseguridades, de los temores, de lo violento o lo perverso”.
Vamos a repetir los fracasos si no los conocemos y reconocemos. Vamos a hipotecar sufrimiento y nos vamos a enfermar si “no entendemos y reconciliamos con “aquello que se alojo inconscientemente en nuestro aparato psíquico”. Aquello que se grabó, perturba o gratifica en nuestra mente.
Para conocernos hoy debemos conocer el origen.
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