LOS ANDES (23/02/2015).- El economista e investigador de la fundación Sol, Marco Kremerman, aseguró que la reforma laboral que envió el gobierno al parlamento no soluciona los problemas generados con el actual modelo de relaciones laborales que fue impuesto por la dictadura militar en 1979.
El investigador realizó un profundo análisis de esta reforma que busca modificar los derechos colectivos de los trabajadores en el seminario organizado por la Fetramin en el Liceo Técnico Amancay donde asistió una gran cantidad de dirigentes sindicales de diversas empresas (Ver foto ampliada).
Kremerman sostuvo que la reforma del gobierno tiene un gran problema “porque Chile tiene un modelo de relaciones laborales creada en 1979 denominado plan laboral sustentada en cuatro pilares que son negociación colectiva que no distribuye ingresos, una huelga que no paraliza porque pueden ser reemplazados, despolitización del mundo sindical y el paralelismo sindical”.
Sostuvo que la reforma introduce cambios cosméticos que de ninguna manera atacan el problema de fondo que es el cambio del plan laboral que tiene a los trabajadores chilenos ganando salarios bajísimos y sin ningún poder para negociar sus condiciones laborales.
“Uno de los temas centrales y preocupantes de la reforma es que la huelga se criminaliza, se tipifica como huelga pacífica, lo cual es una anomalía por construcción y de hecho hay muchas más posibilidades de que los dirigentes sindicales pierdan su fuero sindical por el solo hecho de presionar físicamente y moralmente, por lo que se trata de una caricaturización de las relaciones laborales al mirar sindicalismo en forma despectiva”, apuntó.
Marcos Kremerman insistió en que a raíz de esta reforma en la región de Valparaíso y en la provincia de Los Andes, el 70% los trabajadores perciben salarios inferiores a los 350 mil pesos líquidos en promedio, “ y por eso uno de los grandes elementos para poder contrarrestar esta situación son los sindicatos a través de la negociación colectiva y la huelga, por lo que si a los sindicatos les quitan estas herramientas los salarios podrían llegar a bajar aún más”.
Subrayó que Chile es un país “paranoico”, porque si bien se genera mucha riqueza los trabajadores no pueden disfrutar de ella porque no tienen las posibilidades de luchar por mejores salarios.
Kremerman advirtió que cuando se conozcan todos los detalles de esta reforma y que es precisamente una mala reforma deberían producirse movilizaciones, “ por lo que se avecina un año difícil si es que no hay cambios sustantivos porque Chile requiere urgente una reforma, pero no este tipo de reforma que lo único que hace es legitimar un plan laboral”.
Aseguró también que esta reforma no permite a los trabajadores negociar por rama, algo que incluso beneficia a los trabajadores que no son sindicalizados, “ entonces eso no se toca en este proyecto que debería ser el núcleo de la reforma”.
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