LOS ANDES (30/04/2015).- A 12 y 7 años de presidio respectivamente por el delito consumado de robo con violencia e intimidación fueron condenados por el trinunal de juicio oral de Los Andes (Ver foto ampliada) Yordan Alexis Arredondo Bravo (23) y Hugo Andrés Ponce González (22), quienes el 1 de octubre de 2014 asaltaron al recaudador de una molinera cubriendo sus rostros con máscaras de Halloween, logrando apoderarse de un botín de más de cuatro millones de pesos en dinero en efectivo.
Como se recordará, en esa ocasión los antisociales usando máscaras diabólicas (Ver foto ampliada) abordaron al recaudador de la Molinera Kako de iniciales E.I.M.M., de 53 años, cuando éste salía de la panificadora “Su Pan”, ubicada en el sector de Patagual II en la comuna de Calle Larga.
El recaudador fue interceptado por los antisociales, los que a su vez eran trabajadores de la panadería, quienes lo encañonaron con un arma de fuego y le quitaron una bolsa con $ 4.197.000 en efectivo, que momentos antes le había cancelado el dueño de la panificadora, además de cinco cheques por la suma de 600 mil pesos.
Tras ello los maleantes le quitaron las llaves de su automóvil Huyndai Accent, dándose a la fuga en dirección al sector de Pocuro donde dejaron abandonado el móvil y luego huyeron a pie por los potreros.
Desde el interior del auto los delincuentes sustrajeron otros 300 mil pesos en efectivo, una Tablet y una cámara digital de propiedad del recaudador, así como también cheques por un valor de cercano a los 10 millones de pesos.
Las máscaras fueron claves.
El propio recaudador hizo la denuncia a la PDI y fueron los detectives de la BIRO los que junto a encontrar el auto, hallaron también en un potrero las máscaras usadas por los sujetos (Ver foto ampliada).
La PDI logró recuperar algunos cabellos en las máscaras, los que fueron enviados al laboratorio de criminalística para extraer su ADN que resultó coincidir con el de los condenados
Asimismo y tras una meticulosa investigación, se logró establecer que este tipo de máscaras eran vendidas en cinco locales de retail de la provincia de Los Andes pertenecientes a la cadena Walmart.
Fue así que los detectives establecieron que máscaras similares estaban siendo vendidas en el supermercado Ekono ubicado en calle Guayanas con Eduardo Frei y tras entrevistarse con su administrador, éste les señaló que habían sido puestas en la sala de ventas el 25 de septiembre de 2014.
La policía pudo acceder a las imágenes logrando establecer que el día 29 de septiembre en horas de la tarde, dos sujetos habían comprado tres máscaras de diablos, coincidiendo ambos con las características físicas de los asaltantes aportadas por la víctima.
Asimismo, en entrevista con el dueño de la panadería, éste señaló que el día del atraco dos de sus trabajadores que efectuaban el turno diurno no había acudido a sus labores.
De esta manera los detectives de la Brigada Investigadora de robos fueron atando cabos hasta establecer que ambos tenían participación directa en el atraco, por lo cual fueron citados a declarar.
Confesión de los imputados.
Una vez en el cuartel policial y ante el peso de la evidencia en su contra, los dos sujetos terminaron por confesar su autoría en el atraco, vinculando además a un tercer delincuente que si bien no ha sido detenido, está plenamente identificado.
En su declaración, Arredondo Bravo señaló que días antes del hecho escuchó cuando el dueño de la panadería hablaba telefónicamente con el recaudador diciéndole que le pagaría los insumos adeudados, fijando como fecha del encuentro el 1 de octubre.
Fue así como Arredondo le propuso a Ponce llevar adelante el asalto a la salida de la panadería a fin de no perjudicar a su empleador.
De esta forma, Arredondo se contactó con un tercer delincuente que hace poco había salido de la cárcel, el cual mantenía un arma de fuego que usarían para perpetrar el ilícito.
El día anterior a los hechos, Arredondo y Ponce fueron al supermercado Ekono de Centenario donde compraron las tres máscaras que luego llevaron hasta la misma panadería donde guardaron en un looker.
Al día siguiente, Arredondo llegó temprano, sacó las máscaras y espero la llegada de sus cómplices.
Luego los tres se ocultaron detrás de unos montones de leña y esperaron cerca de una hora hasta la llegada del recaudador y cuando este finalmente salió con el dinero lo atacaron.
Según descripción de los hechos realizada por los maleantes, tras abandonar el móvil en Pocuro, huyeron por los potreros hasta llegar a una casa que la familia de Arredondo cuida en ese mismo sector donde contaron y ser repartieron el dinero (Aproximadamente un millón 200 mil para cada uno).
Finalmente fue Arredondo quien quemó los talonarios de cheques y otros documentos bancarios y tributarios sustraídos del auto de la víctima a fin de no dejar evidencia.
Duras condenas.
Estos antecedentes fueron claves como medio de prueba del Ministerio Público en este juicio para logra estas condenas.
Al respecto, el fiscal que llevó adelante la investigación, Jorge Alfaro (Ver foto ampliada), afirmó que que logró establecer con el trabajo conjunto con las policías que los dos sujetos habían participado en el delito, “corroborado con las declaraciones de la víctima, los funcionarios policiales y la prueba material”.
“Se acompañaron las máscaras que fueron recuperadas en el sitio del suceso y los videos captados en el supermercado Ekono hasta donde días llegaron pasadas las 18:00 horas y se ven comprando las máscaras de diablo con capucha, logrando su identificación”, argumentó.
Recordó que ambos condenados eran trabajadores y “coincidentemente ambos se ausentaron ese día, uno porque pidió permiso y el otro faltó. Como empleados sabían que ese día iba a hacerse el pago”, aseguró.
Puntualizó que los antisociales se apropiaron de $4.917.000 en efectivo, más 5 cheques por $663.500, acotando que el dinero no fue recuperado.
Respecto a la participación de más personas, Alfaro indicó que “no hay antecedentes para involucrar a un tercer individuo. La víctima y un testigo siempre vieron a los dos sujetos”, aseveró.
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