Después de 56 días corridos de paralización y de 27 días sin clases regulares en pos del retiro del proyecto de ley de carrera profesional docente, situación que finalmente no ocurrió tras la insistencia del Gobierno, incluso luego de haber sido votada la idea de no legislar por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, tanto por sectores de la Nueva Mayoría y de la oposición, en un acto cuestionable desde el punto de vista reglamentario, en menos de 24 horas, la Sala de la Cámara votó favorablemente la idea de legislar, con una intervención directa del Gobierno y algunos parlamentarios. Para ello hubo de ser suscrito un Protocolo minutos antes de la sesión, de cuya firma se restaron dos partidos de la Nueva Mayoría.
La mejor prueba de lo que señalamos los profesores respecto de que el proyecto no es bueno es el hecho que ya se encuentran preparadas más de 100 indicaciones para la discusión en particular que se iniciará la primera semana de agosto.
Manifestamos que no aceptaremos ningún tipo de presiones frente al derecho inalienable de pronunciarse frente a un hecho propio y central de nuestro quehacer y que ha acelerado el desenlace de esta circunstancia, no deseada por nosotros, de la cual podríamos aparecer transitoriamente vencidos, pero no convencidos.
La situación se ha tornado más compleja a partir de la intromisión de evidentes propósitos políticos que la gran mayoría de los profesores ha repudiado en un conflicto eminentemente gremial.
Agradecemos a los estudiantes, a los padres y apoderados, a los colegios particulares subvencionados, a la Asociación de Funcionarios Municipales de Los Andes, a los Profesores Jubilados, a los Sindicatos de Contratistas de la Minería, a los estudiantes universitarios, a los diputados que no se dejaron coaptar, como también a otras instituciones y a las muchas personas que nos han apoyado en la que sigue siendo una reivindicación justa. Cabe mencionarse que la última encuesta Mori-Cerc de la semana pasada otorgaba un 58% de apoyo de la comunidad nacional al movimiento de los profesores.
Agradecemos, por supuesto, la valentía y fortaleza de todos los profesores de Chile y en particular de nuestra provincia, que han sido capaces de afrontar con toda dignidad las situaciones más adversas que han puesto en riesgo incluso su salud, como en el caso de nuestra colega accidentada por reivindicar nuestras justas demandas.
Con una consulta nacional y con nuestras asambleas de reflexión y análisis, replegamos transitoriamente nuestra acción y declaramos nuestro estado de alerta permanente y máximo. A quiénes acostumbran sacar cuentas y conclusiones fáciles o parciales, les decimos que ya se verá con mayor proyección cuánto ha perdido o qué ha ganado la educación pública chilena.
Hoy, los profesores continuamos luchando, con la frente en alto.
¡Hasta que en nuestra Patria la dignidad se haga costumbre!
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