Generalmente cuando hablo de artesanía lo hago en actividades dedicadas a la celebración del Día del artesano y artesana, en algunas conversaciones con autoridades, con los amigos y con la familia. No acostumbro a escribir sobre la Artesanía, porque sé que es un punto complejo y que llama a malos entendidos, pero creo, que la noticia que salió en algunos medios de comunicación locales sobre la actual feria o mercado que se presenta en la Plaza de Armas de nuestra ciudad amerita algunas palabras, desde mi experiencia como artesana y representante legal del centro cultural Intiyara de Los Andes.
Cerca Nuestro Aniversario Nª 225 como ciudad de Los Andes, no es mi intención causar polémica sobre este tema, sino llamar a una reflexión sobre el trabajo artesanal, para que este, no se confunda con la actividad comercial realizada en el espacio publico, como es en este momento la Feria de artesanía Montada por la Semana Andina en nuestra Plaza de armas.
Pero antes que nada debemos agradecer a la comunidad Andina y del Valle de Aconcagua, quienes saben diferenciar entre estos mercados y las reales Ferias de Artesanía.
Sabemos, de manera real que el publico se alegra de vernos instalados con nuestras Ferias de artesanía Intiyara, en distintos lugares públicos de nuestra comuna, como lo es en este momento la calle Maipú, los días jueves y viernes, ofreciendo nuestros trabajos de artesanía, tanto tradicional como urbana, experiencia que abre las puerta a futuro, a poder generar un espacio más amplio para todos y todas los artesanos que quisieran exponer con nosotros. Logrando de esta manera espacios participativos donde se muestre la cultura, la identidad local, haciéndolas sustentable en el tiempo y para sus integrantes, lo que es nuestro profundo deseo.
Sabemos que la comunidad entiende que estos diez años de trabajo, han sido dirigidos como Centro cultural de artesanos Intiyara de Los Andes a la promoción de los artesanos, artesanas y de sus obras, creando polos de exposición y venta periódicos, siempre sujetos a los requerimientos municipales.
También que nuestras obras son creadas en su totalidad a mano o interferidos de manera artesanal, para crear con dedicación objeto de características únicas, en una lucha con los objetos producidos en masa y ofrecido a muy bajos precios a través del retail.
Podemos decir que trabajar como artesanos y artesanas, es más en una comuna con poca inversión en turismo y cultura como la nuestra, es una lucha constante, pero no solo una lucha económica, sino que física, emocional y creativa. Y cuando digo física no es una exageración, ya que cargar (con eso me refiero ha cargar al hombro, armar, cerrar etc.) con toldos, mesas, generadores eléctricos y obras para la venta, de manera itinerante, no es poca cosa. Hay que trabajar como organización con solidaridad y sin perder la alegría. Además de postergar el deseo profundo de poder generar un espacio para todos y todas los artesanos que quisieran estar con nosotros por temas de espacio.
Es importante mencionar que debemos pagar patente municipal (ya que mucha gente piensa que la autorización municipal es sin cobro), traslado, impuestos, y adecuar las fechas significativas que sirvan para que nuestros clientes y clientas cuenten con dinero para poder comprarnos…. Ya que es muy triste para nosotros cuando uno de ell@s quiere llevarse algunos de nuestros productos y no pueden porque tendrán dinero una vez terminada la Feria.
En Fin frente a esta realidad compleja a la cual nos vemos enfrentados, es triste el mal manejo del concepto de Artesanos y Feria de artesanía por parte de los medios de comunicación y de las autoridades.
Ya que podemos decir a ciencia cierta, que ser artesano y artesana no es solo vender cosas que parezcan artesanales (o peor vender ropa interior, carcasas de celulares o jugos artesanales, etc.), vender objetos producidos por un tercero (eso se llama ser intermediario y va desmedro de los artesanos reales) o porque no decirlo vestirse de forma extravagante.
Ser artesano o artesana es tener un conocimiento sobre la técnica que se trabaja, es diseñar y es ser creativo, es hacer, construir la obra y a la vez, es manejar valores de materiales, costos, gastos, y saber de publicidad, es tener una filosofía de vida y un amor al hecho a mano…Todos esto para que cuando usted compre un objeto realizado con las manos de un artesano o artesana, en una feria artesanal, tenga la claridad que se lleva consigo no solo un objeto bonito o útil, sino se lleva una historia de esfuerzo y creatividad, el pedacito de la vida de el creador o creadora, se lleva una buena conversación, un servicio atento y con cariño.
Después de estas palabras. ¿Cree usted que cualquier venta en el espacio público deben llamarse siempre y sin cuestionamiento Feria Artesanal?
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