Soy andina de nacimiento y aunque actualmente vivo y trabajo en la ciudad de Rancagua, toda mi familia vive en Los Andes y yo viajo regularmente a "mi casa", porque soy amante de mi tierra y mi gente, es por eso que me provoca una mezcla de pena y rabia el estado calamitoso en que el alcalde anterior (Navarro) deja nuestra ciudad, no sólo en el ámbito de deudas, sino de pésimos contratos que hipotecaron 35 años de nuestra vida (a pesar de que muchisima gente les dijo que era un contrato totalmente dañino, como finalmente resultó ser). En esto, obviamente tienen responsabilidad compartida los Concejales que abalaron este atentado a Los Andes (Edith Quiroz, Julio Lobos, Sergio Montenegro y Eduardo Araya).
Me rebelo a aceptar que venga gente de otras ciudades, los elijan para administrar la ciudad, lo hagan de forma casi "criminalmente-deficiente", y se vayan a su casa sin un rasguño y además aparezcan ahora diciendo que "los quieren enlodar", por favor ! no sean CdR !!!.
Me rebelo a que los andinos no levantemos la voz para condenar y repudiar a estos señores que nos hipotecan los sueños por casi una generación (35 años es una generación).
Es por esto que aplaudo la valentía del alcalde actual (Manuel Rivera) para transparentar ante la comunidad la real situación del municipio, y no como he leído por ahi por un afán de "ponerse el parche antes de la herida" (eso es no entender nada de nada...) sino por desenmascarar las malas practicas de la anterior administración que ponen a Los Andes en una situación precaria y compleja, que ahora vá a tener que tratar de resolver.
Rivera ha dicho que se iniciará un sumario y que los antecedentes serán entregados a Contraloría y yo aplaudo eso, pero creo que también deben ponerse los antecedentes a disposición de la Justicia, para que persiga eventuales acciones delictivas, a fin de que se cumpla ese antiguo dicho, cada vez más olvidado; "el que la hace, la paga".
Ojalá los andinos hayan aprendido la lección y nunca más confiemos nuestra ciudad a afuerinos populistas y sin ningún cariño por nuestra tierra andina y su gente.
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