Llega el fin de año y comienza un periodo vertiginoso de muchas actividades y preocupaciones que tiene muchas veces como resultado el colapso y la enfermedad.
Hoy nos encontramos en un tiempo rápido y de mucha convulsión por las distintas cosas que nos depara principalmente Diciembre. Solo por mencionar “licenciaturas, pagos de inscripciones y matriculas 2018, RESULTADOS PSU, paseos de curso, cierres de semestre, preocupaciones laborales para quienes terminan sus contratos el 28 de Diciembre y como corolario Navidad y Año Nuevo, entre otros grandes temas mayores como la cesantía y los bajos sueldos como telón de fondo.
Cómo verán son hartas las preocupaciones que conlleva este periodo, además del cansancio evidente de todos por intentar terminar un año bien.
Todo esto ha tenido como resultado el aumento cada vez más progresivo de patologías de salud mental. No olvidemos que según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 5% de los chilenos padece depresión. Una cifra que se eleva en el caso de los trastornos de ansiedad al 7%.
Todo esto apunta a ciertas tendencias de la vida moderna que podrían desencadenar cuadros depresivos donde la angustia es su principal síntoma. Miremos nuestra realidad: ¿Qué nivel de endeudamiento tengo actualmente? ¿Cuánto me angustia el no poder tener trabajo o renta para cubrir mis proyectos para cerrar este año?
He podido observar que hoy la gente anda más inquieta e irritable. Anda más agresiva y menos tolerante. Las personas andan más inseguras y desconfiadas, por los espacios públicos, hipervigilantes a la delincuencia. Hoy vemos como todos corren de un lugar a otro en espacios atochados y con larga espera. Vemos que muchos que no pueden lograr obtener lo que desean y se frustran. Y nos movemos en este escenario de la rapidez, la intolerancia, el cansancio y el apremio. Los síntomas de nuestro tiempo.
La invitación es a que podamos reflexionar respecto a todo aquello recién planteado. Sin dudas quedan muchas variables de análisis para este tema. El consumismo, el materialismo, en fin. Lo importante es que podamos pensar respecto de nosotros, nuestro entorno y aquello que nos permita poder observar de una manera más contemplativa lo que nos presenta y depara la vida. También es nuestra responsabilidad el cómo queremos vivir.
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