Quiero contarles una pequeña gran historia de superación y mucho pero mucho amor, donde el deporte y una educación inclusiva hicieron el cambio:
Les presento a sus protagonistas que son Rafael Castillo Araya y Franco, su hijo, un gran luchador.
Porque tenemos la necesidad de reconocerlos y compartir esta valiosa historia? Porque nos conecta, y nos da un ejemplo a seguir, a no bajar los brazos, porque todo se puede lograr, porque todo puede mejorar con voluntad y empatía.
Franco Castillo Cruz (9 años) tiene capacidades diferentes, desde el año ingreso a la Teleton ya que nació con pie Bot, y a los meses le detectaron Esquisencefalia y epilepsia que va asociada a su enfermedad. A pesar de todo nada detiene esta bella sonrisa... Es un niño alegre, buen compañero y muy estudioso, regalon de sus profesores y querido por sus compañeros, lo cual ha hecho que Franco salga adelante, bajo enormes inyecciones de amor.
Su padre, Rafael es miembro activo del Club Trail Runners, y siempre quiso integrar a Franco mucho mas en sus actividades, apasionado por el deporte outdoor gestionó junto a la Escuela Sagrado Corazón y El Liceo Industrial de San Felipe ( hace aproximadamente 2 meses ) la creación de esta silla de ruedas adaptable a su bicicleta, la cual ha mejorado enormemente la vida de ambos, ya que pueden pasar mas tiempo juntos.
Felicitaciones a cada establecimiento nombrado por ocuparse de sus alumnos, por mejorar la vida de Franco que a su vez, mejoraron la salud de toda una familia.
Como reflexión...
La inclusión tiene que ser 24|7 y los 364 días del año. Para niños como Franco, para adultos mayores, y para todo aquel que lo necesite.
Hacer el cambio, empatizar desde las instituciones y privados es tarea de cada uno de nosotros también.
"Son tantas cosas que me gustaría decir... pero la principal es que no existe la discapacidad sino que sólo son capacidades diferentes donde cada uno de ellos se adapta según la condición... El apoyo es primordial desde la familia" expresó, Rafael Castillo Araya.
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