El día 19 de noviembre recién pasado, sin duda será recordado en nuestro país como aquel en que por primera vez se realiza un plebiscito comunal para consultar a la ciudadanía respecto del contenido de un proyecto de ley y entregar opinión al Parlamento sobre el sentir ciudadano acerca de una iniciativa legal.
El día que mencionamos 20.751 ciudadanos se pronunciaron en la ciudad de Osorno para decir que no estaban de acuerdo con la iniciativa que hoy se discute en el Senado y que incorpora a su ciudad a la nueva región de Los Ríos.
En efecto, el 92% de los votantes (53,9% mujeres y 46,1% varones), que representan cerca del 30% del padrón votante de la ciudad, señalaron categóricamente que no estaban de acuerdo con que su ciudad pasara a formar parte de la nueva región y que optaban por permanecer como provincia en la actual región de Los Lagos.
Y no debemos confundirnos, el voto negativo no fue en contra de la iniciativa que crea la nueva región, el voto negativo es en contra del peligro que vio la comuna de Osorno de quedar aislada entre dos capitales regionales y ser discriminada por el consabido centralismo que hoy existe en nuestro país y que no opera solamente entre Santiago y las regiones, sino que también al interior de las regiones entre las ciudades capitales y las restantes ciudades que las componen.
Planteado en otros términos, el sentimiento ciudadano que se alzó en el plebiscito de Osorno, fue un llamado a ser partícipe del proceso de descentralización que se está viviendo en la X Región del País, del cual espera también salir beneficiada, obteniendo una mayor participación en la toma de decisiones de los organismos públicos que deberán reestructurarse a partir de la nueva realidad territorial.
Debemos recordar que el último proceso de regionalización se realizó en el año 1974, año en el cual no existían los grados de libertad y participación que hoy existen en nuestra patria. En aquella oportunidad todo el proceso fue inconsulto y desde las oficinas del poder central se decidió el futuro de las nuevas regiones que constituirían el mapa nacional, sin que se tomara en consideración, o se tomara en muy baja medida, la opinión de los habitantes de los nuevos territorios que se construían.
En la situación actual, en que vivimos en democracia, existen los mecanismos para que el ciudadano pueda manifestar su opinión – como el plebiscito comunal - y las normas legales son discutidas en un foro constituido por representantes elegidos por los habitantes de los territorios que representan. Por lo anterior, si bien el acto cívico celebrado en Osorno no es vinculante legalmente para los parlamentarios, si es vinculante moralmente para todos, ya que representa el sentir de los miles de personas que se verán afectadas a futuro con la decisión normativa que se tome en el Congreso Nacional.
En los momentos en que estamos escribiendo este artículo en la Comisión de gobierno Interior del Senado se estaría retirando la indicación del Ejecutivo que incorporaba a la provincia de Osorno a la Región de Los Ríos, lo cual implica que lo resuelto en el plebiscito ha sido oído y respetado por los órganos representativos.
Hemos titulado este artículo como plebiscito de Osorno y Aconcagua porque creemos que lo sucedido en dicha comuna austral a lo menos tiene tres implicancias importantes para la discusión acerca de la viabilidad del proyecto de nueva región de Aconcagua.
En primer lugar, legitima de manera considerable al plebiscito comunal como instrumento de opinión ciudadana respecto de iniciativas legislativas que digan relación con la alteración de la división político administrativa del país.
En segundo lugar, sirve como elemento de discusión importante para reavivar el tema que fue impulsado con la aprobación del proyecto de acuerdo N°6, de 15 de marzo del presente, en que se le proponía al Ejecutivo la posibilidad de estudiar la creación de nuevas regiones, entre ellas la de Aconcagua (que lamentablemente derivó en la discusión intrascendente para el momento, acerca de la capital de la misma).
Y, por último, el más importante de los efectos de este plebiscito, es que permite echar por tierra el argumento de algunos centralistas de que no se puede crear una región con una provincia, ya que en el caso de la región de Los Ríos, luego de la decisión de Osorno, la nueva región sólo se creará con el territorio de la Provincia de Valdivia, que por lo demás cuenta con territorio, población y lo que es más importante, identidad para convertirse en la nueva unidad geográfica de nuestro país.
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