Tanto en lo público como en lo privado, como país ha surgido la necesidad de transparentar acciones y decisiones, de dar cuenta a la sociedad de políticas de administración, gobierno y funciones; de informar y ser transparentes.
Existe para todos la responsabilidad de responder por un desempeño particular ante las expectativas creadas en las personas, con ello damos satisfacción y dejamos tranquilas a las partes interesadas.
Quienes tienen y detentan el poder sobre las vidas de la gente, como una parte esencial del proceso de democratización, deben ser capaces de actuar de acuerdo a la moral y la ética pública, ya que están al servicio de las personas y no al revés, por ello la ciudadanía debe estar clara que el proceso democrático debe crear frenos y contrapesos que aseguren que el menos privilegiado y con menos poder puede retar y reconfigurar las dinámicas del poder social.
En política y en las democracias representativas, la rendición de cuentas asegura la legitimidad del poder público, ya que conlleva un sentido claro de obligación, de un acto voluntario, de una concesión generosa del soberano que rinde cuentas por virtud y voluntad propia, no por necesidad, con ello, prevenimos y corregimos los abusos de poder. Al obligar al poder a abrirse a la inspección pública, lo fuerza a explicar y justificar sus actos y lo supedita a la amenaza de sanciones, como por ejemplo no ser elegidos.
El político, institución u organización que es transparente en su actuar se legitima ante los demás, siendo creíble, logrando balance y responsabilidad social, pudiendo justificar palabras y actos, incrementando la legitimidad y confianza.
Es importante que las personas tengan claro que juegan un papel importante en el desarrollo de la sociedad, especialmente en su contribución a los principios que deben defender las sociedades modernas como: la ciudadanía, la democracia y el desarrollo.
La información y el acceso a la información son la base de la transparencia y del sistema democrático, por ello, nuestras autoridades ya no pueden actuar de espaldas a la ciudadanía porque de una u otra forma, la sociedad se informa, emite un juicio y actúa. Las nuevas autoridades deben tener claro que deben cumplir con sus promesas, principalmente aquellas relacionadas con el fomento de los valores democráticos y de la participación, las que parten rindiendo cuenta de sus acciones y compromisos.
En un futuro próximo, no será por ningún motivo posible que al asumir la nueva autoridad comunal deba hacer una auditoría, es decir, gastar recursos en controlar una gestión anterior, especialmente porque las acciones ejecutadas debieron ser transparentes, por ello, rendir cuentas e informar constantemente a la comunidad permitirá transparentar al máximo la acción de autoridades, organizaciones y de empresas públicas, por lo tanto, el llamado a todos es a la acción, unos a rendir y otros a controlar, de esta forma haremos un gran país.
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