Luego de la primera Guerra mundial, la Revolución Rusa y la gran crisis económica de 1929, el mundo que se había constituido en torno al capitalismo liberal y el imperialismo europeo se estaba derrumbando, dejando en una dura situación a los trabajadores y los sectores medios. Chile fue uno de los países más golpeados por dicha crisis, haciendo caer la Dictadura de Ibáñez. La experiencia de la República Socialista de 1932 y el rol jugado por Marmaduke Grove hacen carne en el sentimiento de los trabajadores ligados a la izquierda y que apoyaban los cambios políticos y sociales. La poderosa influencia del PC de la Unión Soviética (PCUS) sobre los comunistas latinoamericanos y la desviación autoritaria del estalinismo, hacia necesario constituir un partido de izquierda, de masas y de vocación democrática y latinoamericanista.
El 19 de abril de 1933, cuatro grupos socialistas (la Nueva Acción Pública, el Partido Socialista Marxista, la Orden Socialista y la Acción Revolucionaria Socialista) deciden unificarse para fundar el Partido Socialista de Chile, con el objetivo de luchar por los derechos de los trabajadores manuales e intelectuales e implementar el socialismo como expresión de un proyecto humanista, solidario y democrático, pero con una identidad propia.
Desde ese acto fundacional han pasado 80 años. El PS se ha transformado en un actor clave en la historia política chilena, siempre buscando conformar alianzas con los sectores progresistas. La vocación democrática de los partidos de izquierda consolidó el sistema democrático chileno desde los años 30. El PS fue parte de la fundación del Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda, promoviendo la industrialización, la sindicalización obrera y la protección social. Se constituyó en un eje de la izquierda con figuras clave como Allende, Eugenio González, Clodomiro Almeyda, Raúl Ampuero, entre muchos otros. Desde el Parlamento y desde los municipios, en alianzas como el Frente de Acción Popular, promovió medidas de apoyo a los más pobres y cambios sustanciales en las legislaciones laborales y sociales. Este proceso culminó con la creación de la Unidad Popular y la elección democrática de Salvador Allende en 1970, donde trabajadores, organizaciones sociales, convergieron en la “vía chilena al socialismo”, un proyecto original y auténticamente nacional para la construcción democrática de un sistema que redistribuyera socialmente la riqueza, una democracia de trabajadores.
La derrota política y militar que inició el Golpe de Estado en 1973, significó no sólo una crisis del PS como instrumento político, sino la muerte, la tortura, la persecución, el encarcelamiento y el exilio de buena parte de sus dirigentes y militantes.
Sin embargo, el compromiso de sus hombres y mujeres permitió que el PS subsistiera tanto en Chile como en el extranjero, fragmentado en diversos grupos. Debido a su responsabilidad política ante el futuro del país, el PS se hace parte de la Concertación de Partidos por la Democracia, para ganar el plebiscito, inaugurando la transición a la democracia. Los Gobiernos de la Concertación con sus aciertos y deficiencias, fueron un aporte significativo para desarrollar un nuevo país, con mayor dignidad y bienestar material, lo que se consolida en el periodo de Ricardo Lagos (PS-PPD). Michelle Bachelet (PS) fue la primera mujer presidenta de Chile y Sudamérica, poniendo en el centro de la agenda pública y las acciones del Estado a la protección social y la equidad de género.
Hoy, cuando cumplimos 80 años de vida política, el Partido Socialista se alista nuevamente a ser un actor protagónico del acontecer nacional, con una candidata a la Presidencia que levanta las banderas de lucha que han caracterizado a nuestro ideario y accionar. Esperamos iniciar, junto a nuestros aliados, un nuevo ciclo de cambios y transformaciones para afrontar los desafíos del país y sus desigualdades.
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