A partir de un documental transmitido por el cable esta semana, en el cual se mostraba el caso de una joven que padecía anorexia nerviosa y que señalaba desde su vivencia lo peligroso que esta enfermedad puede ser, me han solicitado que me refiera a los factores que podrían originar dicha patología. En este sentido, es importante señalar que pese a la gran cantidad de investigaciones sobre los trastornos de la conducta alimentarios, su etiología continúa en gran medida desconocida. No obstante, en su etipoatogenía existen numerosos factores biológicos, psicológicos, familiares y socioculturales que confluyen para que en una etapa vulnerable del desarrollo, aparezca la enfermedad. Dichos factores se expresan de la siguiente manera:
Factores biológicos: Dada la prevalencia de las patologías alimentarias en familiares de pacientes, parece existir una vulnerabilidad genética, la cual unida a determinados factores ambientales y psicosociales, puede facilitar el desarrollo de la enfermedad.
Factores psicológicos: Se describe como rasgos de personalidad premórbida de la anoréxica(o) (antes que se desencadene la enfermedad) como el perfeccionismo, las expectativas personales altas, la tendencia a complacer necesidades de los demás y la baja autoestima.
Factores familiares: La gran mayoría de las familias presentan características de funcionamiento disfuncional, desorganizado o tremendamente cohesionado, con alto nivel crítico, rigidez y sobre involucración. Sin embargo, si este perfil es previo o secundario al desorden alimentario, aún es tema de estudio.
Factores socioculturales: La sobrevaloración otorgada por la sociedad a la delgadez representa una fuerte presión, particularmente para las mujeres jóvenes que intentan alcanzar pertinazmente este ideal, que se homologa positivamente al éxito, inteligencia, belleza y atractivo sexual.
Factores predisponentes: Determinadas profesiones tales como modelaje, actuación, gimnasia rítmica, atletismo y deportes pueden ser elementos predisponentes.
Factores desencadenantes: Entre los acontecimientos vitales que podrían desencadenar la enfermedad, destacan las pérdidas de seres queridos, cambios de colegios, fracasos en experiencias emocionales, temor a enfrentar nuevas responsabilidades, realización de ejercicios físicos excesivos, comentarios desagradables y/o críticos acerca del cuerpo.
Es de gran importancia el identificar estos factores que involucran a toda la familia para poder tomar medidas concretas para contribuir a la salud de las personas que presentan este desorden, siendo la más importante la prevención.
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