El día 7 de febrero a las 10:00 horas se realizó una ceremonia religiosa, en la capilla de Nuestra señora de Las de Nieves en el sector de Pocuro, Calle Larga. Para dar a continuación la multitudinaria despidida a Manuel R. Céspedes Salinas "Lalo" de 69 años, Manuel Reginaldo Céspedes Salinas; (25 de octubre 1945 / 6 de febrero 2015), quien dejó este mundo rodeado de amor y acompañado de su familia y grandes amigos.
Impulsor y fundador, siendo protagonista de la conformación y formalización del Club de Motos “Los Auténticos M.C.", creada el 26 de Mayo del 2007, club pionero en esta ciudad, fue un activo Secretario (S) del Club, representándolo en las reuniones con las autoridades municipales del valle de Aconcagua para las actividades sociales que realizaban, como por ejemplo la Teletón, una de sus principales motivaciones. Realizar recorridos por todo el valle de Aconcagua, era algo que simplemente le apasionaba. También siempre que pudo entregó ayuda a familias que lo necesitaban. Siempre estuvo ahí para todo aquel que le pidió ayuda junto a su amado Club. Organizador de diversos viajes por nuestro país y el exterior, pero su mayor hazaña fue la gran Ruta Bicentenario en el año 2010, que lo llevó a recorrer desde Quellón hasta Arica. Como creador fue un artista, diseñador de múltiples motocicletas y de algunos triciclos, fuiste un artesano de los fierros.
Apreciaba una buena conversación con los amigos y escuchar una buena música. Contaba con un humor un tanto particular, tenía la "talla" justa en el momento indicado.
Tu familia y amigos te acompañaron a tu última morada, haciendo notar a cada momento que tu partida sería inolvidable. Fue escoltado por todos sus amigos motoqueros, realizando la última vuelta a tu tan amada primera casa, el "taller", donde el rugir de los motores se hizo sentir para dar tu último adiós. Hasta ese lugar llegaron tus amigos, familiares, vecinos de toda una vida y conocidos que al ver tamaña despedida no pudieron quedar indiferentes.
El trayecto continuó por calle Maipú del centro de la ciudad de Los Andes, y nadie quedó indiferente a tu paso y al rugido de tus tan queridas motocicletas, a la llegada del cementerio tus amigos te esperaban para hacer rugir por última vez sus motores.
Estoy convencida que eres de esas personas que no se pueden olvidar, pero para hacerlo aún más notorio, tuviste un funeral maravilloso, lleno de distintas emociones.
Fuiste un valiente para enfrentar todo el proceso de esta enfermedad tan tremenda que es el cáncer gástrico, sin decir nada. Para tu familia y amigos dejaste una gran lección "que el Amor no se puede Condicionar".
Quiero agradecer a todos los que nos acompañaron en la despedida al " Maestro Lalo", mi hermano, principalmente a nuestra querida familia de motoqueros, hicieron que nuestros corazones estallaran de emoción al ver todo ese amor que le tenían, eso es Impagable.
Tuvimos tiempo para compartir, para amarlo, para disfrutarlo y para no tener cosas pendientes.
"Estoy segura que harás rugir en tu propio taller en el cielo todas las motos, y nos esperarás a cada uno de nosotros y nosotras, y sobre todo a tus amigos motoqueros”,
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