LOS ANDES.- Lo que parecía un simple carrete escolar después de hacer la cimarra del colegio terminó en una violación y abuso sexual en contra de una mini adolescente de tan solo 13 años de edad.
Todo partió a eso de las 8 de la mañana del Viernes cuando un grupo de estudiantes, hombres y mujeres, se juntaron en la plaza de armas y decidieron, a pesar la hora, irse de carrete.
El grupo, integrado por siete jóvenes de entre 13 y 18 años, se dirigió primero a un supermercado del centro donde adquirieron tres botellas de ron y bebidas cola, para luego enfilar hacia una casa en el sector de Villa La Gloria que se encontraba sin moradores.
Allí los jóvenes bebieron a destajo y comenzaron lo que se llama en jerga adolescente, “poncear”, es decir, besarse unos con otros.
Fue en esta circunstancias que la menor de iniciales F.M.R. (13) le pidió a su amigo M.A.C.V. (18), alias “El Tomate”, que fueran al baño, donde mantuvieron relaciones sexuales.
Posteriormente, la menor se habría arrepentido de esta situación y en medio de su estado etílico denunció que había sido violada por “El Tomate”, así como también toqueteada previamente por otro joven que también estaba en la juerga.
Fue una amiga de la menor que llamó a Carabineros los que detuvieron al imputado y un amigo cuando hacían abandono del domicilio a eso de las 13 horas.
La víctima fue llevada hasta el servicio de urgencia del hospital San Juan de Dios, donde el médico si bien no constató evidencias de violación, si apreció un enrrojecimiento de la vulva vaginal compatible con una relación sexual.
Tras ser formalizado por el delito de violación, el joven fue dejado en prisión preventiva por constituir, a juicio del tribunal, un peligro para la seguridad de la sociedad.
No obstante, la fiscalía investiga la participación de un segundo joven quien también habría ultrajado a la niña durante la misma fiesta.
Relación sexual consentida.
Durante la audiencia de formalización se le permitió al imputado relatar su versión de los hechos, donde reconoció que mantuvo sexo con la menor, pero que éstas fueron consentidas por ella.
Agregó que previo a esto, un amigo ya se había encerrado con la joven en el baño donde también habrían tenido sexo.
Recordó además que conoció a la víctima el año pasado en un centro nocturno que se ubica en calle General del Canto, donde todos los fines de semana acuden menores de edad a “poncear”, acto que no incluye solo besos, sino además relaciones sexuales.
Responsabilidad de los padres.
Este caso deja en evidencia la falta de preocupación de algunos padres por sus hijos adolescentes, ya que ahora para los jóvenes, incluso de menos de 13 años, acudir a fiestas implica el consumo de gran cantidad de alcohol y mantener relaciones sexuales con varias personas.
Asimismo, del relato del imputado se desprende que algunas discoteques o pubs de la ciudad están permitiendo el ingreso a menores, lo que está prohibido por la ley, ante lo cual Carabineros e Investigaciones deberían efectuar un mayor control de estos recintos.
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