Viernes, 9 de Mayo de 2025  
 
 

 
 
 
Opinión

La violencia sexual

Por: Ángela Morales Ravest

  • Tuitea
  • Comparte
  • Imprimir

 
Más Noticias
     
  Cosechando violencia desde el hacinamiento en el aula
  Permisología: un freno al crecimiento y la innovación en Chile
  El drama oculto detrás de la implementación de los nuevos Servicios Locales de Educación Pública
  Bono de Invierno: subsidio necesario, pero insuficiente
  Fe pública en la era digital: más seguridad y trazabilidad
  Notas infladas, sueños desinflados
 
 

Esta semana se ha reconocido desde lo legal un lugar a la violencia sexual. Me refiero a la sentencia que se ha dictado contra el director de cine Nicolás López, por los cargos de abuso sexual. Conmueve el relato de las víctimas en el reportaje de la revista Sábado, de junio de 2018, donde se expone por primera vez las conductas del Sr. López, pues nos hacen un llamado a cuestionar prácticas cotidianas y naturalizadas, que hoy yacen en lo más profundo de la sociedad patriarcal.

La violencia de género se caracteriza por la dominación sexual que hombres, históricamente, han tenido sobre los cuerpos sexuados y feminizados. Justificando sus conductas según sea el momento sociohistórico, político, cultural o económico; dando origen a las desigualdades de los géneros y favoreciendo los actos violentos y cruentos, excusándose al alero del patriarcado.

En dicho contexto, podemos situar a las víctimas como mujeres que aún bajo la creencia de que a las profesionales independientes no les suceden estas situaciones, se encuentran con que para conseguir trabajo tienen que transar y negociar los términos contractuales, bajo la dominación sexual que él imponía.

Lo relevante de la sentencia emanada es que se llega a un punto de inflexión donde, desde la jurisprudencia, la violencia sexual logra pública relevancia y se desnaturaliza. Ahora se aborda como comportamientos que deben ser erradicados desde el punto de vista de la deconstrucción de los géneros, y que favorezca, como señala la antropóloga y activista feminista argentina Rita Segato (2003) a una sociedad post patriarcal.

En segundo lugar, podemos observar en el discurso del Sr. López, la permanencia de las estructuras violentas como aparatos de reproducción y dominación del patriarcado. En ese sentido Segato indica que es posible distinguir dos ejes de análisis: el vertical, que supone a la víctima con el violador, y el horizontal donde se expone la relación del violador con sus pares.

En este último punto, donde el status de género que tienen los hombres hace que la competición y alianza con sus pares se tenga que demostrar a través de conductas de dominación hacia el género ‘más débil’. En la disputa de poder es que la organización simbólica de los actos cobra relevancia, en la medida que el Sr. López demuestra su hombría y se válida a sí mismo y los demás mediante someter a mujeres. Hecho que queda demostrado con el relato expuesto en el reportaje, en el cumpleaños donde los invitados se reían y así validaban los abusos sexuales que el Sr. López acostumbraba a realizar.

Finalmente, es preciso entonces ir más allá de este caso y cuestionarnos: ¿qué hacemos como sociedad para abordar, prevenir y erradicar la violencia de género y sexual?


 
 
Twitter Facebook Flickr
 

Cosechando violencia desde el hacinamiento en el aula

Permisología: un freno al crecimiento y la innovación en Chile

 
 
 
¿Estaría de acuerdo con eliminar los estacionamientos en calles Santa Rosa y Maipú para agilizar el tránsito vehicular?
Si.
No.
Me da lo mismo.
Ver resultados
 
 
 
Diario Electrónico Andes Online® | ©2000-2025 Derechos Reservados.
Miembro de EMR™ Chile - Estadísticas de Medios en Internet - Estadísticas Certificadas
Andes Online is Licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Chile License
Prensa | Publicidad | Contacto