Gobernar es educar Presidente Pedro Aguirre Cerda (Nacido en Calle Larga). La Constitución Política del Estado formulada en dictadura el año 80 cambio el rol del Estado de garante de una educación de calidad y limita la capacidad del Estado para invertir en una educación de calidad pues pasara a ser inconstitucional. El Estado pasa a ser subsidiario de la educación. Decretan la municipalización y el nacimiento de la educación particular subvencionada. Este modelo no significa una descentralización efectiva, sino una delegación de algunas funciones de administración en los Municipios, a través de los Departamentos de Administración de la Educación Municipal (DAEM) de manera desfinanciada.
Por eso, en democracia se legisla con la idea de los SLEP cuya sigla corresponde a Sistemas Locales de Educación Pública y que están basados en el sistema canadiense y tiene un error jurídico pues en Chile no existe la educación pública la cual, como decía anteriormente fue eliminada en la Constitución Política del 80.
Al volver, a un estado de democracia se hacia imprescindible recuperar en parte la responsabilidad ineludible del Estado con la calidad de la educación.
En la actualidad y en concordancia con la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza) se limita la responsabilidad del Estado como primer garante de la educación de todos los chilenos y chilenas. En ella se introduce a los privados como agentes administradores de la educación. Por consecuencia la educación pasa a desarrollarse como cualquier actividad económica y los intereses que priman, por lo tanto, son los de la libre empresa con recursos de todos los chilenos y con ganancias de los que lucran con la educación particular subvencionada; criterios de libre competencia para administrar la educación por sobre el derecho a una educación de calidad para todos los chilenos y chilenas.
Lo concreto es que el Estado se preocupa de mantener la libre competencia de manera tal que los sostenedores o empresarios de la educación mantengan las condiciones de su negocio, sin riesgo de pérdida, ya que nadie controla si efectivamente educan y para que educan a los ciudadanos del país. Lo anterior, se rompe, en parte con los SLEP. Por lo anterior hay que seguir inundando de dinero a los SLEP.
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