El Día Internacional de la Niñez constituye un hito relevante para revisar los avances y desafíos del Estado chileno en el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), marco normativo que orienta la acción pública hacia la protección integral, la participación efectiva y el resguardo de la dignidad de todos los niños, niñas y adolescentes. En este contexto, la implementación de la Ley N°21.430 sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia representa un paso sustantivo hacia la consolidación de un Sistema de Garantías que articula políticas, servicios e instituciones bajo una lógica de prevención, enfoque de derechos y corresponsabilidad.
Cada 20 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Niñez, Chile renueva su compromiso con la Convención sobre los Derechos del Niño y con la responsabilidad de garantizar que cada niño y niña viva en condiciones de dignidad, protección y desarrollo pleno. Esta fecha no solo invita a reconocer los avances alcanzados, sino también a reflexionar sobre los desafíos que persisten para hacer del enfoque de derechos una realidad cotidiana.
En este contexto, la campaña “Buen Trato en Movimiento”, impulsada por la Subsecretaría de la Niñez del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, se ha transformado en una herramienta clave para promover relaciones respetuosas y afectivas en los distintos espacios donde transcurre la vida de la niñez: hogares, escuelas, comunidades y servicios públicos. Su énfasis en el respeto, la escucha activa y la prevención de la violencia permite reforzar uno de los principios fundamentales de la Convención: el derecho de cada niño y niña a crecer en entornos seguros y libres de maltrato.
El buen trato se entiende como una práctica dinámica y permanente, que debe adaptarse a las realidades locales; por este motivo, la Ilustre Municipalidad de Los Andes, a través de su Oficina Municipal de la Niñez, ha liderado e implementado una campaña local del buen trato, cuyo lema es “Respeta y ama que el buen trato nunca daña”, lo que sin duda, refleja el compromiso de nuestras autoridades para avanzar en el pleno ejercicio de derechos de niños y niñas del territorio.
Sin embargo, la conmemoración del Día Internacional de la Niñez también nos recuerda que estas iniciativas deben sostenerse más allá de la fecha simbólica. El buen trato no puede quedar reducido a una campaña puntual; requiere continuidad, presencia territorial, articulación intersectorial y una comunidad comprometida con prácticas cotidianas que protejan y valoren a la infancia. Promover el buen trato implica no solo sensibilizar, sino también fortalecer la capacidad del Estado y de las familias para prevenir vulneraciones, acompañar a los niños y niñas y garantizar que sus voces sean escuchadas.
Para avanzar, es necesario que este esfuerzo comunicacional dialogue con políticas públicas sostenidas, con equipos profesionales adecuadamente formados y con marcos de acción que permitan transformar la cultura del buen trato en un estándar permanente. La campaña aporta un impulso significativo, pero su impacto dependerá de que se integre en un trabajo sistemático y coordinado que abarque educación, salud, protección social y comunidad; y también enfatiza el rol de las Oficinas Locales de la Niñez (OLN) como espacio fundamental dentro del Sistema de Garantías de Derechos, facilitando el desarrollo de acciones territoriales que integran participación infantil, acompañamiento a familias y activación de redes comunitarias. De este modo, el buen trato se entiende como una práctica dinámica y permanente, que se adapta a las realidades locales y a la diversidad de trayectorias de la niñez en Chile.
Conmemorar el Día Internacional de la Niñez es reconocer que garantizar derechos exige no solo marcos normativos robustos —como la Ley de Garantías y la institucionalidad recientemente fortalecida— sino también la capacidad de transformar dichos principios en experiencias reales de bienestar. “Buen Trato en Movimiento” junto con la campaña “Respeta y ama que el buen trato nunca daña”, representan el esfuerzo conjunto por avanzar en esa dirección, promoviendo relaciones respetuosas, afectivas y protectoras como base de un Los Andes que pone a la niñez en el centro de su desarrollo.
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