De verdad, pareciera, no todo es malo en Navidad. Y, haré el esfuerzo para encontrar todo lo bueno que se pueda rescatar en las calles, grandes centros comerciales y financieros y, en los medios de comunicación en este tiempo de Navidad.
Navidad, es una gran ocasión para que la creatividad del hombre, sus avances y logros tecnológicos, sean puestos en vitrinas y satisfagan algún tipo de necesidad en su hogar, en su trabajo o una necesidad personal. Muy bueno.
Pero, como no todos tienen un poder adquisitivo o liquidez, en Navidad, las financieras, las grandes cadenas comerciales y los bancos, se esmeran en proponer una serie de alternativas de créditos, posibilitando que cualquier ciudadano pueda comprar y ser feliz endeudándose con una tasa de interés “conveniente”. Muy bueno.
Navidad es el tiempo propicio para que las personas sientan en lo más profundo de su ser que son generosas y busquen, caminen y caminen, viajen, naveguen en internet buscando un regalo para su ser más querido, para un amigo o, para un hijo que solo alcanzan a saludar por las noches. Muy bueno.
Navidad es el momento propicio para que la prensa ayude, con grandes utilidades, a los miles de millares de potenciales compradores para que tomen una decisión de compra bien informada. Muy bueno. También, Navidad, gracias a la televisión, nos ubica en un contexto especial donde muchos, ¡Miles! Compran y, donde esos cientos de miles (que muestran los noticiarios), sirven para mostrar un país próspero y en pleno desarrollo. Muy bueno.
Navidad permite que los supermercados y grandes centros comerciales, incrementen sus ventas obteniendo grandes utilidades. Muy bueno.
Navidad, permite que muchos ancianos de barba blanca olvidados en un hogar, se disfracen de “viejito pascuero” y se sientan importantes colmando de felicidad a los miles de niños que se sacan una foto junto a él. Foto, cuyos padres compran, dando trabajo y ganancia a fotógrafos con máquinas digitales de última tecnología. Muy bueno.
Navidad permite que muchos adolescentes y jóvenes, tengan un trabajo extra y un dinero no esperado para comprar, con descuento especial y, en el mismo local donde trabajan o empaquetan los regalos, un obsequio para su mamá o para alguien especial. Muy bueno.
¿Ve que no todo es malo? El único problema es que casi me convenzo que no todo es malo, a no ser por una pregunta:
¿Quién se habrá dado el trabajo de esconder a Jesús y el Pesebre para que no moleste en las calles incomodando a los compradores, centros comerciales y conciencias?...
¿Quién habrá escondido el Pesebre con el Niño Dios?
En esta Navidad, búsquelo, encuéntrelo y que sea feliz
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