La cocina chilena ofrece una extensa gama de preparaciones y recetas que van desde lo dulce hasta lo salado, influenciadas por los recursos naturales de cada área geográfica, ya sea el mar, el valle o la cordillera, así como también por los productos y materias primas que van desde nuestro caluroso norte hasta el gélido sur austral.
La cocina criolla está marcada por nuestra historia, las tradiciones y técnicas propias de cada familia y, en los últimos años, por la inmigración, primero del Perú, luego de Haití, Colombia y Venezuela, enriqueciendo con nuevos sazones y colores la mesa de los chilenos de Arica a Punta Arenas.
Durante años de docencia, junto a otros profesores, hemos tenido la oportunidad de conocer a alumnos de prácticamente todo el país, lo que nos ha permitido descubrir distintas costumbres gastronómicas que, probablemente fuera de las aulas, nos habría sido difícil conocer. No todo está en libros o en Internet; está en el boca a boca, en preguntar y conversar con la gente, y en poder probar nuevos sabores o texturas.
En la conmemoración de este día, celebremos en cada mesa nuestra gastronomía. Les propongo para esta jornada llenarnos de sabores y preparaciones chilenas. Recordemos nuestra infancia y lo que nos preparaban nuestras abuelas, la alegría de vivir nuestra comida en torno a esas recetas llenas del dulce y también del salado que nos provee nuestra tierra.
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