En Chile, la conmemoración del Día Mundial del Turismo adquiere un sentido especial gracias a la Estrategia Nacional de Turismo Sostenible 2035, un plan que proyecta al turismo como un sector estratégico, capaz de transformar territorios, fortalecer comunidades y proteger nuestro patrimonio natural y cultural. La visión es clara: en 10 años más, el país aspira a consolidar un modelo de turismo inclusivo, resiliente y sostenible, que aporte al bienestar de las personas y al crecimiento económico en armonía con el medioambiente.
Para alcanzar esta meta, la estrategia propone seis pilares fundamentales: fortalecer las gobernanzas sectoriales; avanzar en sostenibilidad e inclusión; diversificar el posicionamiento y las experiencias; impulsar la inteligencia turística y la planificación; fomentar ecosistemas productivos de alto impacto; e incentivar la inversión verde en turismo. Estos pilares descansan en principios transversales que refuerzan la identidad y diversidad de Chile, como la descentralización, la equidad, la igualdad de género, la participación ciudadana y la conservación del patrimonio natural, cultural y gastronómico.
Más allá de las definiciones técnicas, el turismo representa una oportunidad concreta para el desarrollo del país. Es la actividad económica donde más crece el empleo femenino, donde confluyen identidades locales y donde la innovación se pone al servicio de la sostenibilidad. Cada viaje genera intercambio cultural, bienestar físico y emocional, y una valoración más profunda del entorno natural. A diferencia de otros sectores, el turismo tiene la capacidad única de acercar a las personas y de poner en valor la riqueza de los territorios en toda su diversidad.
Sin embargo, este potencial solo se materializará si se logra un compromiso real y sostenido entre actores públicos y privados. El desafío es enorme: consolidar un turismo que no se mida únicamente por la llegada de visitantes o por la ocupación hotelera, sino por el impacto positivo que deja en las comunidades locales y en los ecosistemas. Se trata de avanzar hacia un turismo que reparta de manera equitativa sus beneficios y que, en lugar de desgastar a los destinos, los revitalice.
El camino hacia un turismo sostenible, inclusivo y humano requiere el compromiso de comunidades, sector privado, academia y Estado. Solo así Chile podrá inspirar al mundo con un modelo turístico que no solo atraiga visitantes, sino que deje huellas positivas y duraderas en quienes viajan y en quienes habitan los destinos.
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