Vergonzoso fue el accionar del senador Guido Girardi, al atacar a funcionarios de Carabineros, por cumplir adecuadamente con sus funciones.
Es del caso recordar, que la regla de oro de un jefe es la que no puede atacar a un subordinado, dado que ante una desigualdad de condiciones, él no puede defenderse adecuadamente. Menos aún es la de ejercer su cargo para tratar de obtener un beneficio personal, que es lo que ha hecho este parlamentario.
Todos nos hemos visto en la situación de enfrentar a un funcionario de Carabineros cuando hemos infringido la Ley de Tránsito y, aunque molestos por ser detectados, hemos acatado el accionar de este funcionario por cumplir con lo que se le encomienda y generalmente, por no decir siempre, han sido con la caballerosidad que los destaca, reconocido por chilenos y extranjeros que nos visitan.
Además, y más injustificable aún, es que el senador ha dedicado horas de programas de televisión y medios de comunicación para justificar lo injustificable, quejarse ante los superiores de esos funcionarios por no reconocer su investidura, que no era el caso reconocer, dado que no era el que iba conduciendo y para lo cual el funcionario no está para ese propósito y, más aún, quejarse porque a otro conductor no alcanzó a ser fiscalizado, mostrando aún más su calidad de \"picado\", que es como nos sentimos los ciudadanos cuando vemos que a los parlamentarios y otros funcionarios públicos no se les trata de la misma forma que al resto de de los chilenos. Con el sólo hecho de querer mostrar su placa o tarjeta rompe-filas, pretendía sacarse la infracción y como nuestros Carabineros son incorruptibles, vemos su calidad de ser humano.
A los parlamentarios se les ha elegido para servir al país tal cual sirven esos funcionarios y no para endiosarlos, como hace ver con este accionar.
No me cabe duda que hidalguía y humildad es lo que el senador Girardi necesita para limpiar la honra de esos Carabineros que más que vejarlos, necesitamos destacarlos.
Sin embargo, en esta ocasión ha quedado de manifiesto la grave falencia que a diario afecta a muchos Carabineros de Nombramiento Institucional, al no contar en estas instancias con un debido proceso, por cuanto las Investigaciones o Sumarios internos generalmente son parciales y carentes del debido proceso, esto es, que la persona que realiza las diligencias depende operativa y/o administrativamente de quien la ordena y por ende no quieren quedar en mal pie con éste y por consiguiente lo más simple es arribar a medidas disciplinarias ejemplarizadoras y con ello lo único que logran es que muchos Carabineros apliquen la ley del menor esfuerzo, reflejando en su actuar un cumplimiento aparente, sin comprometerse de forma real y efectiva con la función inherente, por temor a involucrarse en situaciones que conlleven a situaciones ignominiosas que se traduzcan en sanciones disciplinarias que atenten contra la estabilidad funcionaria. Por eso se dice que el mejor Carabinero es aquel que “nunca tiene novedades”.
En consecuencia, cabe presumir que si la Investigación interna realizada en contra de los Cabos en cuestión, hubiese sido realizada de manera exhaustiva e imparcial y no para no quedar bien con la Subsecretaria, el General Director de dicha Institución no hubiese anulado los días de arresto aplicados, en uso de la potestad revisora que le consagra el Reglamento de Disciplina.
|