Mucho antes de la llegada de los Inkas y los españoles al antiguo Wallmapu (Territorio mapuche), las comunidades indígenas se juntaban y se siguen juntando para celebrar la vida en la ceremonia ancestral del Nguillathún, una rogativa de acción de gracias y de solicitudes a Cha Chaw o Chaw Ngenechen (El gran espíritu ancestral, dueño de la humanidad).
Para el buen logro de estas ceremonias comunitarias, se juntaban varias comunidades en la cumbre plana de un cerro y ahí cada clan familiar instalaba sus KËNÜ o KENÜ (Ramada) que eran construcciones realizadas de troncos, varas, ramas y paja y donde se albergaba la familia y recibían a las visitas por 3, 4 a 6 días de oraciones, cantos, danzas rituales y compartir la comida y bebida solidariamente hasta lograr el objetivo previamente acordado entre las autoridades ancestrales mapuche como Lonko (Jef@), Machi (Médic@), Werken (Mensajero y mediador), Ngepin (Orador o relator), Kimche tache (Ancian@ sabi@) y Afkadi o LLankan (Ayudante) quienes reunid@s previamente en un Trawun acuerdan los motivos del Nguillathún.
Para el conocido juego del Palin (Chueca), las comunidades mapuche, también acuerdan el lugar de encuentro y levantar ahí los tradicionales KËNÜ o KENÜ (Ramada) cercanos al Paliwe (Cancha para jugar el Palin) y cada familia es anfitriona de los jugadores del otro Lov (Comunidad) que son recibidos, albergados, alimentados en los KËNÜ o KENÜ. Así de esta forma, hasta nuestros días seguimos practicando el YAMUWUN (Respeto) y el ADMONGEN (Tradición de amor por la vida) a la luz de la fogata y el compartir en cada KËNÜ o KENÜ (Ramada), por eso, l@s chilen@s de la colonia no olvidaron aquello y hoy se celebran las fiestas Patrias en un lugar muy especial que son "Las Ramadas" o "Fondas".
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